Los alimentos bajos en proteína con azúcares o grasas ocultas pueden estar contribuyendo a la epidemia de la obesidad. Los azúcares como la sucrosa, fructosa y jarabe de maíz alto en fructosa se convierten eficazmente en grasa con el exceso de calorías. Los carbohidratos y proteínas provocan diferentes rutas de señalización para células musculares y grasas. Por lo tanto, cuando las personas consumen carbohidratos en exceso que no están en proporción con la proteína, el cuerpo puede aumentar menos de peso que cuando se consume la proteína en cantidades adecuadas. El estudio de Bray y sus colaboradores demostró que el menor peso agregado consiste de masa grasa en mayor parte y no de la masa magra corporal, cuando el exceso en calorías fue lo mismo. Además, las calorías grasas agregadas (incluyendo las grasas ocultas en alimentos procesados) consumidas en exceso también conllevarán al aumento de peso, lo cual contribuye a la epidemia de obesidad.
Una evidencia científica extensa y bien aceptada indica que la proteína es el macronutriente que da mayor saciedad. Las dietas altas en proteína proporcionan un 25% de energía total cuando se compara con dietas similares a la dieta baja en proteína del estudio de Bray y colaboradores que conllevan a una mayor pérdida de peso en las personas de vida independiente. Además, las dietas altas en proteína inhiben la recuperación de peso después de haber perdido el peso en poblaciones de vida independiente. Por lo tanto, el consumo calórico total reducido con un aumento del consumo de alimentos bajos en grasa y ricos en proteína, puede contribuir a más pérdida de peso con éxito a largo plazo debido a los efectos del gasto de energía en reposo que se observó en este estudio.
Dr. David Heber, M.D., Ph.D.
Una evidencia científica extensa y bien aceptada indica que la proteína es el macronutriente que da mayor saciedad. Las dietas altas en proteína proporcionan un 25% de energía total cuando se compara con dietas similares a la dieta baja en proteína del estudio de Bray y colaboradores que conllevan a una mayor pérdida de peso en las personas de vida independiente. Además, las dietas altas en proteína inhiben la recuperación de peso después de haber perdido el peso en poblaciones de vida independiente. Por lo tanto, el consumo calórico total reducido con un aumento del consumo de alimentos bajos en grasa y ricos en proteína, puede contribuir a más pérdida de peso con éxito a largo plazo debido a los efectos del gasto de energía en reposo que se observó en este estudio.
Dr. David Heber, M.D., Ph.D.